Estaba histérica, mal genio, chata de todo, del estudio, de Weber, Hobbes y otros cuantos pensadores que no encontraban cosa mejor que escribir mil quinientos libros de 600 páginas cada uno y yo! tenía que leerlos y no lograba entender porque!!!!???.
Para más remate, mi gran suerte no me ayuda en nada, de 100 personas en el curso, justamente a mí me tenía que tocar con la Carla, la típica mina sabelotodo, que no comparte nada, porque piensan que le roban sus conocimientos, ¡Como si fueran únicos!, y no sólo eso, sino que además esa “bitch” que parece taxi, me quito al mino que me gustaba. Yo no se qué es lo que le vio el wachón de Diego a ella. Si este no es el caso de “Betty, la fea”, ella no esta invitada esta pelea.
Bueno yo de que me preocupo, si total, Diego es un tonto. Mira que salir con tres minas a la vez y luego escoger a la más mosqueada pa´ que las cosas se le hagan fáciles.
Bueno, pero como ese no era el momento para estar pensando en mis desgracias decidí, hacer caso omiso a todo lo que me digiera la Carla, si total, tampoco me hablaba mucho.
Ya solo faltaban unos cuantos minutos para que se acabara mi pesadilla y descansara mi cabeza que estaba a punto de explotar de tantos conocimientos. Me dolía la guata, ya no daba más de los nervios. Cuando iba entrando a la sala me temblaban los pies, sentía que ya no podía más con esos tremendos tacos… ¿Porque ese examen tenia que ser formal ? Si los conocimientos no se miden por la ropa, pero bueno igual busque una falda corta pa ver si me ayudaban de algo mis piernas flacas ante el profe. Además trabaje todo el semestre buscando formas para “jotearme” al ayudante. Igual no fue muy difícil porque en verdad no mucha gente lo pescaba. Siempre andaba solo surmegido en sus libros y con esos lentes bien pernos tipo Harry Potter. Con mis compañeras le pusimos piggy, parecía un chanchito. Igual me sentía muy mala! mi otro yo me decía la crueldad que estaba haciendo pero el diablito de mi conciencia me decía que la nota era más importante.
Tenía que dar el examen oral junto a la Carla, pero me estaban acompañando en mi pesadilla mis mejores amigos, eso me tranquilizaba un poco. Ya que por el solo hecho de que mi compañera de examen sea la mina que me robo con su físico a mi prototipo de pololo, me descontrolaba y no era el solo hecho de tenerla al lado y tener que disertar con ella, sino que me tenía que aguantar sus malditos ojos sobre mí, creerá que soy tonta, que no me doy cuenta que me pela de arriba para abajo. ¡Ja!, me da lo mismo, total yo la pelo tres veces más.
A pesar de que me levanté con la pata izquierda y en un martes 13, por lo menos tengo la suerte de que el profe que me toma la prueba es buena onda, es como un osito de peluche de cuarenta anos con lentecitos, todo tierno. Muy carismático pero duro con las notas. No todo puede ser color de rosa.
Entramos a la sala, nos sentamos frente al profesor y los dos ayudantes, sentía como si me estuvieran interrogando por haber cometido un crimen, igual que en las películas hollywoodenses. Nos empezaron a acechar con preguntas. El ambiente se comenzó a tornar cada vez más tenso, mis manos empezaron a tiritar y de repente sentí que se me olvido todo. ¡Quedé en blanco! Si me lo echaba me moría, había estudiado y bancado a la antipática de la roba minos durante una semana entera. Traté de relajarme y de responder con puros “toyos”, porque ni siquiera pude implementar mis súper conocimientos, la Carla trató de dejarme en ridículo varias veces, pero nadie puede contra la súper Cata.
Cada vez que empezaba con un tema distinto decía: “Como la Catalina lo va a explicar”, obvio que yo no sabía la respuesta, y me mandaba un manso speach.
Mi sorpresa fue que al viejo le encantaron las respuestas y mis explicaciones a la rápida y nos puso un seis, sólo porque él no pone mayores notas en los exámenes. Al final todo salió bien… no sé si por mis respuestas o por mi falda, pero valió la pena, todo por una buena nota y la aprobación del ramo… La celebración fue aún mejor, de la “U” nos fuimos por ahí a tomarnos unos shops. Luego de un par de horas lo único que me puedo acordar es que seguíamos ahí y que la cuenta nos salió como 20 lukas.
Catalina Gil.
Para más remate, mi gran suerte no me ayuda en nada, de 100 personas en el curso, justamente a mí me tenía que tocar con la Carla, la típica mina sabelotodo, que no comparte nada, porque piensan que le roban sus conocimientos, ¡Como si fueran únicos!, y no sólo eso, sino que además esa “bitch” que parece taxi, me quito al mino que me gustaba. Yo no se qué es lo que le vio el wachón de Diego a ella. Si este no es el caso de “Betty, la fea”, ella no esta invitada esta pelea.
Bueno yo de que me preocupo, si total, Diego es un tonto. Mira que salir con tres minas a la vez y luego escoger a la más mosqueada pa´ que las cosas se le hagan fáciles.
Bueno, pero como ese no era el momento para estar pensando en mis desgracias decidí, hacer caso omiso a todo lo que me digiera la Carla, si total, tampoco me hablaba mucho.
Ya solo faltaban unos cuantos minutos para que se acabara mi pesadilla y descansara mi cabeza que estaba a punto de explotar de tantos conocimientos. Me dolía la guata, ya no daba más de los nervios. Cuando iba entrando a la sala me temblaban los pies, sentía que ya no podía más con esos tremendos tacos… ¿Porque ese examen tenia que ser formal ? Si los conocimientos no se miden por la ropa, pero bueno igual busque una falda corta pa ver si me ayudaban de algo mis piernas flacas ante el profe. Además trabaje todo el semestre buscando formas para “jotearme” al ayudante. Igual no fue muy difícil porque en verdad no mucha gente lo pescaba. Siempre andaba solo surmegido en sus libros y con esos lentes bien pernos tipo Harry Potter. Con mis compañeras le pusimos piggy, parecía un chanchito. Igual me sentía muy mala! mi otro yo me decía la crueldad que estaba haciendo pero el diablito de mi conciencia me decía que la nota era más importante.
Tenía que dar el examen oral junto a la Carla, pero me estaban acompañando en mi pesadilla mis mejores amigos, eso me tranquilizaba un poco. Ya que por el solo hecho de que mi compañera de examen sea la mina que me robo con su físico a mi prototipo de pololo, me descontrolaba y no era el solo hecho de tenerla al lado y tener que disertar con ella, sino que me tenía que aguantar sus malditos ojos sobre mí, creerá que soy tonta, que no me doy cuenta que me pela de arriba para abajo. ¡Ja!, me da lo mismo, total yo la pelo tres veces más.
A pesar de que me levanté con la pata izquierda y en un martes 13, por lo menos tengo la suerte de que el profe que me toma la prueba es buena onda, es como un osito de peluche de cuarenta anos con lentecitos, todo tierno. Muy carismático pero duro con las notas. No todo puede ser color de rosa.
Entramos a la sala, nos sentamos frente al profesor y los dos ayudantes, sentía como si me estuvieran interrogando por haber cometido un crimen, igual que en las películas hollywoodenses. Nos empezaron a acechar con preguntas. El ambiente se comenzó a tornar cada vez más tenso, mis manos empezaron a tiritar y de repente sentí que se me olvido todo. ¡Quedé en blanco! Si me lo echaba me moría, había estudiado y bancado a la antipática de la roba minos durante una semana entera. Traté de relajarme y de responder con puros “toyos”, porque ni siquiera pude implementar mis súper conocimientos, la Carla trató de dejarme en ridículo varias veces, pero nadie puede contra la súper Cata.
Cada vez que empezaba con un tema distinto decía: “Como la Catalina lo va a explicar”, obvio que yo no sabía la respuesta, y me mandaba un manso speach.
Mi sorpresa fue que al viejo le encantaron las respuestas y mis explicaciones a la rápida y nos puso un seis, sólo porque él no pone mayores notas en los exámenes. Al final todo salió bien… no sé si por mis respuestas o por mi falda, pero valió la pena, todo por una buena nota y la aprobación del ramo… La celebración fue aún mejor, de la “U” nos fuimos por ahí a tomarnos unos shops. Luego de un par de horas lo único que me puedo acordar es que seguíamos ahí y que la cuenta nos salió como 20 lukas.
Catalina Gil.
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