Una mujer siempre tiene que comenzar su arduo entrenamiento y el difícil proceso de embellecimiento para el verano. Aunque apenas estamos a mitad de año, ya es hora para comenzar a ir al gym. Pero como esto no viene solito, también tenemos que empezar a cerrar la boquita y a volvernos vegetarianas… ¿Por qué tenemos que hacer esto nosotras? ¡y los hombres que!, siempre somos las mujeres que tenemos que esforzarnos por vernos flacas y apolíneas, y anda a estar un gramo más gorda porque en el verano se nota hasta el último candy que te comiste. Los hombres no hacen ningún esfuerzo pa’ verse bien y claro nosotras como santas pelotudas tenemos que quererlos gordos, fofos, y con sus Mc’Donalds mientras nosotras nos alimentamos de pasto y sudamos la gota gorda. ¡Pero en fin! Todo sea por verme bien y encontrar algún mino este año.
Ya a punto de comenzar agosto he decidido volver al gym, pero para mi sorpresa cuando fui a inscribirme me hicieron la media tapita, porque me subieron la matricula. ¡Lo pueden creer! Uno sufre para verse bien y pa’ más remate después te desembolsan y no toman en consideración que soy una pobre estudiante. Bueno la cosa es que como no tengo plata para regalar me cambie de gym, al Ti5. Es súper chori, de puro baile entretenido, así hago ejercicio y de paso aprendo a bailar.
Entro a la clase, y obvio que no podía ir a estrenar mi imagen con un buzo viejo, así que me compré uno muy top de color rosado con celeste, mi color preferido, que pindy, ¡lo sé! Y me puse mis zapatillas que me había ganado en el otro gym. Supuse que me darían suerte.
Estoy lista para partir, caliento un poquito y cuando estoy en pleno proceso veo por entre medio de mis piernas entrar al profe… a que no me creen quien era… el Melón con flecos jajaja… sí, el del reality chiquillas!!! Yo me hice un moño todo rápido y me puse en primera fila. Él me dio la bienvenida, me preguntó mi nombre y todo muy bien. Partió la clase y pa’ variar mi coordinación no existía, todos iban pa’ la derecha y la catita pa’ la izquierda, no hay caso. No puedo ir con la clase nunca… Al final de tanto que me esforcé se me desabrocharon las zapatillas y me tropecé con los cordones, me caí y creo que vi estrellitas por todos lados y para peor aterrice con la cara jajaja. Fue tan fuerte, que parecía como si un yunke hubiese caído sobre las tablitas del piso, todos pararon y me quedaron mirando. De la vergüenza, me paré en tres segundos y me puse de pie, pero mi nariz no soportó el golpe y comenzó a sangrar y yo como soy un tan cobarde me desmayé al verme la sangre.
¡Que lindo! La alumna primeriza le dio una buena bienvenida al gimnasio, desde entonces todo el mundo me saluda y me dicen: “abróchate bien las zapatillas”… Quedé como la niña de las zapatillas. Que atroz!!!
El profe cada vez que me ve se ríe y cuando llega una alumna nueva da el aviso en voz alta que se abrochen bien las zapatillas para no bautizar el suelo, que de eso ya se encargó la Catita… Que plancha!!! Pero bueno es algo de lo que ya estoy acostumbrada.
Cata Gil
Ya a punto de comenzar agosto he decidido volver al gym, pero para mi sorpresa cuando fui a inscribirme me hicieron la media tapita, porque me subieron la matricula. ¡Lo pueden creer! Uno sufre para verse bien y pa’ más remate después te desembolsan y no toman en consideración que soy una pobre estudiante. Bueno la cosa es que como no tengo plata para regalar me cambie de gym, al Ti5. Es súper chori, de puro baile entretenido, así hago ejercicio y de paso aprendo a bailar.
Entro a la clase, y obvio que no podía ir a estrenar mi imagen con un buzo viejo, así que me compré uno muy top de color rosado con celeste, mi color preferido, que pindy, ¡lo sé! Y me puse mis zapatillas que me había ganado en el otro gym. Supuse que me darían suerte.
Estoy lista para partir, caliento un poquito y cuando estoy en pleno proceso veo por entre medio de mis piernas entrar al profe… a que no me creen quien era… el Melón con flecos jajaja… sí, el del reality chiquillas!!! Yo me hice un moño todo rápido y me puse en primera fila. Él me dio la bienvenida, me preguntó mi nombre y todo muy bien. Partió la clase y pa’ variar mi coordinación no existía, todos iban pa’ la derecha y la catita pa’ la izquierda, no hay caso. No puedo ir con la clase nunca… Al final de tanto que me esforcé se me desabrocharon las zapatillas y me tropecé con los cordones, me caí y creo que vi estrellitas por todos lados y para peor aterrice con la cara jajaja. Fue tan fuerte, que parecía como si un yunke hubiese caído sobre las tablitas del piso, todos pararon y me quedaron mirando. De la vergüenza, me paré en tres segundos y me puse de pie, pero mi nariz no soportó el golpe y comenzó a sangrar y yo como soy un tan cobarde me desmayé al verme la sangre.
¡Que lindo! La alumna primeriza le dio una buena bienvenida al gimnasio, desde entonces todo el mundo me saluda y me dicen: “abróchate bien las zapatillas”… Quedé como la niña de las zapatillas. Que atroz!!!
El profe cada vez que me ve se ríe y cuando llega una alumna nueva da el aviso en voz alta que se abrochen bien las zapatillas para no bautizar el suelo, que de eso ya se encargó la Catita… Que plancha!!! Pero bueno es algo de lo que ya estoy acostumbrada.
Cata Gil
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