Locura, pasión y desenfreno, claro este último entre comillas, fue lo que nos prometimos con la Maca pa´ estas vacaciones. Nuestro destino sería Viña del Mar. Estabamos dispuestas a matar este verano, después de tanto gimnasio y dietas estabamos listas para conocer a los minos mas ricos de Reñaca. Además habíamos trabajado durante toda la temporada de navidad y año nuevo pa tener un mejor presupuesto. Apenas llegamos nos fuimos a la playita pa´ ver si podíamos pasar de “pantrucas” a un bronceado fascinante, horas al sol dieron como resultado dos cangrejos. Insoladas las dos pernas!! Que atroz no nos pudimos mover como en tres días y solo nos fuimos por una semanita!
Mientras hago memoria y recuerdo que fue lo mejor que nos paso, definitivamente fue la inesperada llamada de teléfono de la Michelle, una ex compañera de colegio que no veíamos hace mil años. Nos pusimos de acuerdo pal reencuentro, claro que ella no podía venir sola. Siempre consiguiéndome parejas, como en los viejos tiempos, me armó una cita a ciegas con un amigo de su “marido”. Marido!!! Alo??? Hello? Qué pasó durante estos años!!! no lo podía creer cuando me dijo esa palabra. Nada más y nada menos que un hombre de 35 años!!! I can´t Belive it… una de mis mejores amigas de mi infancia casada ya!!! Y con un vejete!! Y yo más sola que un dedo.
Nos encontramos en un restaurante, ella me salió a buscar y me dijo que no me asustara, que era muy pero muy simpático. Trague saliva, respire profundo y pensé… “No puede ser tan malo… sé simpática Cata” eso lo repetí en silencio mil veces mientras bajaba las escalera para acercarme a la mesa. Él estaba de espalda así que no le vi la cara hasta que se volteó a saludarme y sorprise!!! Era otro vejete más!! Lo saludé tiernamente y me senté, me acababan de pedir un pisco sour. De lo incomoda que estaba me lo tomé al seco. Mi amiga tomaba mil veces más rápido que yo, así que por lo menos pase desapercibida.
Decidimos cambiar de lugar y nos fuimos a un pub en avenida San Martín, claro que antes pase a buscar a la Maca, porque no soportaba estar más sola entre los ancianitos. Terminamos tomando un margarita, pero la Michelle tenía ánimos de fiesta, así que propuso ir a un karaoke discotheque que ella conocía y nos fuimos pa´ allá. Claro que no alcanzamos a entrar, porque de lo curaba que estaba se cayó en la mitad de la calle botando un cartel publicitario de hamburguesas y se pegó en la cabeza… Fin de la historia y de la cita a ciegas. Derechito pa´ Stgo. se fueron… pero wait!!! Quieren saber qué fue de la Maca y de mi?… terminamos caminando en Av. San Martín a las dos de la mañana y como “las pajaritos” salimos sin billetera no teníamos ni un peso, ¡ni siquiera pa la micro! Tuvimos que hacer deo hasta las 4 de la mañana hasta que unos tipos más raros se ofrecieron a llevarnos. Nuestra desesperación fue tanta que no subimos igual, muertas de susto. Así terminaron nuestras desastrosas vacaciones
Conclusión…no más sol ni citas a ciegas!!! Por un buen tiempo.
Cata Gil.-
Mientras hago memoria y recuerdo que fue lo mejor que nos paso, definitivamente fue la inesperada llamada de teléfono de la Michelle, una ex compañera de colegio que no veíamos hace mil años. Nos pusimos de acuerdo pal reencuentro, claro que ella no podía venir sola. Siempre consiguiéndome parejas, como en los viejos tiempos, me armó una cita a ciegas con un amigo de su “marido”. Marido!!! Alo??? Hello? Qué pasó durante estos años!!! no lo podía creer cuando me dijo esa palabra. Nada más y nada menos que un hombre de 35 años!!! I can´t Belive it… una de mis mejores amigas de mi infancia casada ya!!! Y con un vejete!! Y yo más sola que un dedo.
Nos encontramos en un restaurante, ella me salió a buscar y me dijo que no me asustara, que era muy pero muy simpático. Trague saliva, respire profundo y pensé… “No puede ser tan malo… sé simpática Cata” eso lo repetí en silencio mil veces mientras bajaba las escalera para acercarme a la mesa. Él estaba de espalda así que no le vi la cara hasta que se volteó a saludarme y sorprise!!! Era otro vejete más!! Lo saludé tiernamente y me senté, me acababan de pedir un pisco sour. De lo incomoda que estaba me lo tomé al seco. Mi amiga tomaba mil veces más rápido que yo, así que por lo menos pase desapercibida.
Decidimos cambiar de lugar y nos fuimos a un pub en avenida San Martín, claro que antes pase a buscar a la Maca, porque no soportaba estar más sola entre los ancianitos. Terminamos tomando un margarita, pero la Michelle tenía ánimos de fiesta, así que propuso ir a un karaoke discotheque que ella conocía y nos fuimos pa´ allá. Claro que no alcanzamos a entrar, porque de lo curaba que estaba se cayó en la mitad de la calle botando un cartel publicitario de hamburguesas y se pegó en la cabeza… Fin de la historia y de la cita a ciegas. Derechito pa´ Stgo. se fueron… pero wait!!! Quieren saber qué fue de la Maca y de mi?… terminamos caminando en Av. San Martín a las dos de la mañana y como “las pajaritos” salimos sin billetera no teníamos ni un peso, ¡ni siquiera pa la micro! Tuvimos que hacer deo hasta las 4 de la mañana hasta que unos tipos más raros se ofrecieron a llevarnos. Nuestra desesperación fue tanta que no subimos igual, muertas de susto. Así terminaron nuestras desastrosas vacaciones
Conclusión…no más sol ni citas a ciegas!!! Por un buen tiempo.
Cata Gil.-
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