Por fin me tocó a mi, ya no seré más la mechona…. Ahora me vengaré y seré yo quien haga besar al chanco. Se venía el paseo a la playa de los novatos y yo no me lo iba a perder. ¿La razón? Súper simple, lo que siempre me ha movido… el amor. En el mechoneo me tocó negociar con el novato más rico de la U para devolverle la ropa, incluyendo sus pantalones jejeje.
Llegó el día y la Maca no me quiso acompañar para no tocar el violín. Me subí al bus y él estaba allí, esperándome con una botella de pisco. Era muy raro, nunca me había gustado alguien más chico y menos con su onda, pero se veía tan rico con su pinta de hippie.
Al llegar a la playa ya estaba dada vuelta, con el Seba ya nos habíamos tomado la botella y más. Me salió toda la personalidad que nunca he tenido con un hombre, le empecé a coquetear, a bailar y cuando estaba a punto de chantarle un beso, el sacó algo de bolsillo y se lo puso en la boca. ¡¡¡Oh my Good!!! Casi me caí de poto, no sabía si irme corriendo o hacerme la tonta, y antes de tomar una decisión él me ofreció una pasada. Yo no quería quedar como una perna tonta y pa´ hacerme la interesante me lo fume entero. Sin darme cuenta estaba, literalmente en las nubes.
Pero como es lógico, yo no podía pasar piola ante una situación como esta. De lo volá que estaba, creía tener a mi alrededor a tres sebas más. Les empecé a bailar a todos, pero mira que baile!!!. Pero que estas haciendo Cata? Me decía mi angelito, pero mi diablo me incitaba a bailar y a seguir con el show. Parecía una bailarina de Cabaret… menos mal que andaba con bikini debajo de la ropa. Que plancha!!!
Pero eso no fue todo, cundo por fin me atreví a darle un beso… lo peor empezó a ocurrir. Mi estómago no lo resistió y me fui corriendo a unas rocas.
Al día siguiente me desperté en una clínica con mis papás al lado. Estaban entre preocupados y enojados. Resultado: una gran cuenta en la clínica, un castigo por un mes y pasar por una de las planchas más grandes de mi vida.
Juro por que me llamo Cata Gil que nunca más me fumo una de esas cosas y menos por un hombre.
Cata Gil.-
Llegó el día y la Maca no me quiso acompañar para no tocar el violín. Me subí al bus y él estaba allí, esperándome con una botella de pisco. Era muy raro, nunca me había gustado alguien más chico y menos con su onda, pero se veía tan rico con su pinta de hippie.
Al llegar a la playa ya estaba dada vuelta, con el Seba ya nos habíamos tomado la botella y más. Me salió toda la personalidad que nunca he tenido con un hombre, le empecé a coquetear, a bailar y cuando estaba a punto de chantarle un beso, el sacó algo de bolsillo y se lo puso en la boca. ¡¡¡Oh my Good!!! Casi me caí de poto, no sabía si irme corriendo o hacerme la tonta, y antes de tomar una decisión él me ofreció una pasada. Yo no quería quedar como una perna tonta y pa´ hacerme la interesante me lo fume entero. Sin darme cuenta estaba, literalmente en las nubes.
Pero como es lógico, yo no podía pasar piola ante una situación como esta. De lo volá que estaba, creía tener a mi alrededor a tres sebas más. Les empecé a bailar a todos, pero mira que baile!!!. Pero que estas haciendo Cata? Me decía mi angelito, pero mi diablo me incitaba a bailar y a seguir con el show. Parecía una bailarina de Cabaret… menos mal que andaba con bikini debajo de la ropa. Que plancha!!!
Pero eso no fue todo, cundo por fin me atreví a darle un beso… lo peor empezó a ocurrir. Mi estómago no lo resistió y me fui corriendo a unas rocas.
Al día siguiente me desperté en una clínica con mis papás al lado. Estaban entre preocupados y enojados. Resultado: una gran cuenta en la clínica, un castigo por un mes y pasar por una de las planchas más grandes de mi vida.
Juro por que me llamo Cata Gil que nunca más me fumo una de esas cosas y menos por un hombre.
Cata Gil.-
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